7.4.11

Cuando te sentís decepcionada, no hay nada que pueda hacerte cambiar de humor. Te sentís usada, pero sobre todo, triste. Porque esa persona, ese sueño, o esa utopía que tenías se desvaneció. 
Pero lo peor de todo, te sentís sola. Por más de que la persona más importante que tenés en tu vida te abrace, te consuele, te aconseje (siempre y cuando esa persona tan importante no sea la que te decepcionó, claro) nada va a cambiarte de opinión. Pensás que solamente esa persona puede calmar todos tus pensamientos, todo lo que vos pensaste, o lo que creiste, claro. 
Pero hay algo, que puede sacar una chispa de esperanza. Vos mismo. Vos mismo decidis qué merece importancia, que es lo que no la merece. Pero sobre todo, quién es importante, quién vale, y quién está de pasada por tu vida. Sonará mala onda para algunos, honesto para otros, pero ¿Qué te queda cuando sentís que la persona con la que podrías haber construído una amistad, (es el caso que estoy contando) te decepciona?.
Te quedás con vos misma, porque de algo no caben dudas... Todo pasa por algo. Y no hay mal que por bien no venga

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